2012 – Aprobación de la Propuesta de Programa de Maestría Profesional en Gestión de Organizaciones de Salud (GOS) por CAPES con concepto 4,0

2013 – Primer proceso selectivo

2017 – Evaluación cuadrienal CAPES – concepto mantenido 4.0

2018 – Desde el principio, GOS tuvo una demanda creciente, formando un promedio anual de 19 de sustentaciones finales para disertaciones de maestría

 

El Programa:

La incorporación y gestión de nuevas técnicas, tecnologías  y procedimientos mejorados demandan profesionales cuya formación supere los límites de los conocimientos que ofrecen, actualmente, los programas regulares de especialización y, en este contexto, una de las áreas que presenta mayor carencia de recursos humanos es la gestión económica en salud. 

La formación técnica y científica de los profesionales de la salud no les proporciona una formación para la gestión calificada de programas e instituciones de salud, sean públicas, privadas o mixtas, lo que ha llevado a algunos directores a administraciones desastrosas, incluso en instituciones hospitalarias tradicionales, o a adopción de estrategias erráticas en la adhesión de políticas públicas de salud a cargo de su gestión. Por otro lado, los profesionales formados en el área de administración y finanzas en general no tienen la percepción del alcance social de los programas y de las instituciones de salud, generando a menudo conflictos en las relaciones con los profesionales de esta área por la falta de comprensión de la dinámica de todo un sistema muy guiado por cuestiones éticas y humanísticas, cuya gestión no se puede ver en la forma pura y simple de una empresa generadora de ingresos. Así, la formación de recursos humanos para la gestión de la salud ha sido un verdadero desafío para las instituciones de educación superior.

Varios factores han contribuido para incrementar la complejidad de este tema y uno de los más llamativos es la diversidad de modelos de gestión en el área de la salud que se pueden encontrar en el país: públicos, privados, mixtos público-privados, filantrópicos, sociales y otros.

En cuanto a la gestión de las instituciones hospitalarias, las dificultades aumentan progresivamente, ante el incremento de los costes de mantenimiento y la incorporación de nuevas tecnologías que muchas veces resultan innecesarias. La precariedad de la información sobre las demandas del mercado lleva a las organizaciones a malgastar los recursos, poniendo en riesgo la sostenibilidad del sistema. Estos hechos reflejan la falta de profesionalización en la gestión de estas organizaciones, lo que hace que sea urgente dotar al mercado de profesionales calificados en el área.

 

Desde hace varias décadas ha existido una preocupación constante, incluso por parte de organismos internacionales, como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), por desarrollar estrategias de formación de recursos humanos para el sector hospitalario y otros servicios de salud a partir de programas resultantes de esfuerzos conjuntos entre las áreas de salud y administración de empresas. Aun así, dentro de esta línea de razonamiento, estos esfuerzos podrían extenderse a la formación de recursos humanos para atender adecuadamente las necesidades de los sistemas de salud donde se insertan hospitales y otras organizaciones de salud.

Los problemas derivados de la mala gestión de los servicios de salud afectan no solo a los ámbitos gubernamentales, sino también a todas las instituciones del sector, ya sean privadas, filantrópicas o de otra índole. Hasta finales del siglo pasado, sería inimaginable razonar en términos de eficiencia administrativa en materia de salud. En la lógica imperante hasta entonces, los valores éticos y el alcance social del cuidado de la salud no podían traducirse y cuantificarse en términos de gasto económico y productividad. Siempre ha prevalecido la jerga de que “la salud no tiene precio”. Esta máxima se aplica cuando se trata de un solo individuo, pero no se puede aplicar cuando se trata de salud colectiva donde la racionalidad de aplicar los escasos recursos disponibles es clave para una buena gestión que permita extender la atención a toda la comunidad que depende de eso.

Así, en la actualidad se han realizado ajustes en la gestión pública y privada, buscando viabilizar los sistemas existentes para permitir que un mayor número de personas acceda a los servicios de manera equitativa, integral y universal. Para lograr estos objetivos, es necesario gestionar los recursos de manera eficiente y, en este contexto, el rol del gestor asume una función esencial para que los recursos que se ponen a su disposición tengan un mayor efecto en la promoción de la salud y la efectividad de los programas de prevención, así como asistencia en situaciones de enfermedad.